Test de fertilidad femenina: test de ovulación y estudios de fertilidad

Test de fertilidad femenina

A día de hoy, cada vez es más común oír de parejas que han tenido problemas de fertilidad, aunque hasta que no se empieza a intentar concebir, no se suele saber lo que se va a tardar en lograr el embarazo.

Si quieres tener un bebé, existen test de fertilidad femenina en farmacias que pueden ayudar a saber cuándo es tu ovulación, y con ello, tus días fértiles. Se conocen como test de ovulación.

Este test de fertilidad femenina es una tira reactiva que mide la concentración de hormona LH (hormona luteinizante) en nuestra orina. Por eso, a los test de fertilidad caseros también se les llama test de LH.

La LH es una hormona que secreta el cerebro, en concreto la hipófisis, 36 horas antes de la ovulación: nuestro momento de máxima fertilidad ⁽¹⁾ .

En definitiva, te ayudan a saber si eres fértil.

Esta prueba de fertilidad femenina tiene espacio para dos líneas:

• Línea control: se marca cuando el test es válido. Si no se marcase indicaría que el test de ovulación no se ha realizado correctamente y tendremos que repetirlo.
• Línea test: la segunda línea se dibuja únicamente cuando el test es positivo.

Si ves dos líneas en la prueba de fertilidad: es positivo, tu ovulación ocurrirá en 24-36 horas ⁽²⁾ . Como el óvulo sólo sobrevive 24 horas, es importante tener relaciones sexuales para que sea fecundado.

Estudio de fertilidad en la mujer

Si en lugar de saber en qué momento del ciclo eres fértil te preguntas si tienes algún problema para lograr un embarazo, o no consigues quedarte embarazada tras 12 meses de intentos, necesitas un estudio de fertilidad.

En esta situación, lo mejor es que tanto tú como tu pareja vayáis juntos a una clínica de fertilidad, para salir de dudas y saber si sois fértiles.

El estudio de fertilidad comienza con una entrevista y revisión de la historia médica, y una primera ecografía transvaginal para valorar el útero y los ovarios.

Las pruebas de fertilidad en la mujer dependerán de cada caso específico, pero por norma general, el estudio suele empezar con:

• Exploración física.
• Valoración ginecológica: consiste en una citología y una ecografía transvaginal.
• Estudio hormonal basal: partiendo de análisis de sangre.
• Análisis de la hormona antimulleriana (AMH): es un marcador que informa de la reserva ovárica: de la fertilidad de la mujer .
• Análisis sanguíneo: se realiza una analítica para pruebas serológicas. Se centra en descartar presencia de infecciones.
• Histerosalpingografía: estudio de rayos X que valora la estructura uterina y la permeabilidad de las trompas de Falopio.
• Histeroscopia: valoración con una cámara óptica del aparato reproductor femenino para buscar qué impide el embarazo, como posibles alteraciones uterinas o a nivel de endometrio.

Tras hacerte estos primeros análisis de fertilidad, el especialista puede darte un diagnóstico o bien necesitar pruebas más específicas, como por ejemplo un estudio hormonal más específico.

¿Cuándo hay que hacerse una prueba de fertilidad?

Lo importante con la fertilidad es no agobiarse ni empezar a someterse a pruebas antes de haberse dado un tiempo prudencial.

Sin embargo, algunas mujeres quieren conocer sus posibilidades de embarazo aunque aún no quieran ser madres, pudiendo realizarse sin problema las pruebas comentadas anteriormente.

Estos son los casos en los que se recomienda recurrir a pruebas de fertilidad femenina:

• Parejas que llevan más de 12 meses intentando concebir sin éxito. En esta situación habría que valorar también al hombre, para descartar una posible esterilidad masculina.
• En el caso de mujeres mayores de 35 años, parejas que llevan mas de 6 meses buscando el embarazo.
• Parejas lesbianas que quieran someterse a una inseminación artificial o al método ROPA.
• Mujeres solteras que quieran ser madres recurriendo a semen de donante.
• Pacientes oncológicas: la quimioterapia o radioterapia afecta mucho a la fertilidad, siendo muy recomendable congelar óvulos antes del tratamiento.
• Mujeres con patologías que afecten a la fertilidad, como la endometriosis o el ovario poliquístico, o con antecedentes familiares de enfermedades.

En cualquiera de estos casos, o si sospechas por alguna razón que algo no va bien, acude a un médico para que revise tu fertilidad y puedas quedarte más tranquila.

También puede darse el caso de que tengas muy claro que quieres ser madre pero en un futuro. En estos casos, especialmente si quieres tener un bebé con más de 35 años, puede ser recomendable congelar óvulos.

Esto no quiere decir que tengas que tener ningún problema, pero como a partir de los 35 la reducción de la fertilidad es más acusada, esos óvulos podrían utilizarse en caso de que tuvieras que recurrir a la fecundación in vitro.