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Fontanela del bebé: función, tipos y cuándo consultar al pediatra

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Última actualización: 19 de junio de 2023
Laura Remolina
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La fontanela del bebé es una parte en la que el cráneo no tiene hueso, notándose blandita al tacto, y permitiendo que el recién nacido salga por el canal de parto y crezca el cerebro.

Fontanela del bebé

Algo muy característico, y que nos suele llamar mucho la atención de los recién nacidos son unas zonas blandas que tienen en la cabeza, llamadas fontanelas craneales.

Se trata literalmente de unas partes del cráneo en las que la cabeza no está cerrada, haciendo así que pueda adaptarse para salir por el canal de parto sin afectar al cerebro.

Esto hace que el cráneo del bebé recién nacido sea especialmente delicado, por lo que tendremos que tener muchísimo cuidado y evitar posibles golpes en la cabeza.

En la mollera, la parte más alta de la cabeza encontramos las dos fontanelas:

  • Fontanela anterior, también conocida como fontanela mayor, tiene forma cuadrangular y se sitúa entre el centro de la cabeza y la frente. Separa los huesos del cráneo parietales y las dos mitades del frontal. Es la fontanela de mayor tamaño y se mantiene abierta hasta los 9-18 meses (1) .
  • Fontanela posterior, también llamada fontanela menor, tiene forma triangular y separa los parietales de la concha del occipital. Se cierra mucho antes, entre el primer y el segundo mes de vida.

Las fontanelas del recién nacido se irán cerrando poco a poco, formando en la mollera del bebé lo que en los adultos se conoce como las suturas craneales.

Es necesario que las fontanelas se mantengan abiertas lo suficiente para no interferir con el desarrollo normal del bebé.

Las fontanelas del bebé son también indicadores de salud, de que todo marcha bien. Deben ser blandas al tacto pero tersas, sin estar abultadas ni hundidas.

De hecho, al ser una zona muy vascularizada, es normal que las veamos moverse debido a los latidos del corazón, haciendo que tiemble el pelo de la cabeza del bebé.


Fontanela hundida

En ocasiones se puede observar la fontanela hundida hacia dentro, marcándose mucho el agujero en la cabeza del bebé.

Esto es un indicativo de que no se está alimentando al bebé correctamente, siendo uno de los primeros síntomas de deshidratación.

En esta situación, es importante llevar al recién nacido al pediatra para que le valore, y en caso de que hagáis lactancia materna, que te vea darle el pecho a ver qué tal hace el agarre.

También podría estar deshidratado porque estuviera enfermo con gastroenteritis, lo cual iría acompañado de otros síntomas como vómitos, que llorase más de lo normal y diarrea.

En ese caso, es probable que el pediatra considere administrarle unos mililitros de suero fisiológico para rehidratarle y que reponga electrolitos.


Fontanela abultada

También podría darse el caso contrario, que observásemos en el bebé un abombamiento de la fontanela.

Hay ocasiones puntuales en los que la fontanela se va a abultar, como mientras el bebé tose, vomita, llora con fuerza o cuando está tumbado.

En el momento en el que cogemos al bebé y le mantenemos erguido, la fontanela tiene que volver a su situación normal. Si sigue abultada de manera continua, hay que llevarle al pediatra.

Podría deberse a un aumento de líquido cefalorraquídeo en los ventrículos cerebrales, que en condiciones normales no están llenos de este fluido (2) , patología conocida como hidrocefalia.

Esta puede ser una patología muy peligrosa, en la cual el bebé empieza a tener la frente muy abultada, requiriendo atención médica urgente.


Cierre prematuro de las fontanelas

En las revisiones pediátricas, podrás observar que el pediatra siempre palpa las fontanelas y en ocasiones las mide, comprobando así que siguen abiertas lo correspondiente a la edad del bebé.

La fontanela anterior tiene unas medidas genéricas en el recién nacido de 3 dedos en una dirección y 3 dedos en la otra, ya que no es circular, sino que tiene una forma similar a una cruz.

Este punto de unión de los huesos craneales tiene que tener un tamaño adecuado, ni ser demasiado grande ni demasiado cerrado.

En caso de que las fontanelas estuvieran demasiado cerradas, habría que hacer una ecografía craneal del bebé para descartar que tuviera craneosinostosis, un cierre prematuro de las fontanelas.

Debe seguir revisándose. El cierre prematuro no siempre tiene por qué ser patológico, pero requiere observación, ya que podría darse el caso de que si se cierra demasiado pronto no permitiría que el cerebro siguiera creciendo.

Aún así, hay muchas diferencias de unos bebés a otros. En la mayoría de los casos ya se les ha cerrado para los 18 meses, mientras que algunos mantienen la fontanela mayor hasta los 2 años.

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Preguntas frecuentes sobre la fontanela del bebé

¿Qué hacer si a los 2 años aún no se le ha cerrado la fontanela al bebé?

Consultarlo con el pediatra. En ocasiones puede deberse a una falta de vitamina D, recomendándose que el bebé pase más tiempo al aire libre para que le pueda dar la luz (nunca el sol directo).

¿Para qué sirven las fontanelas en la mollera del bebé?

Para permitir que salga por el canal de parto, y para que el cerebro y el cráneo puedan seguir creciendo durante los primeros meses de vida.

¿Debo preocuparme si a mi bebé se le notan los latidos del corazón en la fontanela?

No, de hecho es un signo de bienestar del bebé, significando que no está ni demasiado hundida ni abultada.

Fuentes del artículo
  1. D’Antoni, A. V., Donaldson, O. I., Schmidt, C., Macchi, V., De Caro, R., Oskouian, R. J., Loukas, M., & Shane Tubbs, R. A comprehensive review of the anterior fontanelle: embryology, anatomy, and clinical considerations. Child’s Nervous System: ChNS: Official Journal of the International Society for Pediatric Neurosurgery, 33(6), 909-914. https://doi.org/10.1007/s00381-017-3406-1
  2. Kahle, K. T., Kulkarni, A. V., Limbrick, D. D., & Warf, B. C. Hydrocephalus in children. Lancet (London, England), 387(10020), 788-799. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(15)60694-8

Personas que han participado en este post:

Laura RemolinaRoams
Actualizado por Laura Remolina

Laura es graduada en biotecnología y doctora en fisiología animal por la Universidad de Salamanca. Ha dedicado más de 5 años a la investigación y cuenta con publicaciones en revistas americanas del sector. En Roams, Laura es Directora de Innovación y se encarga del área de Peques, aportando además de sus conocimientos en ciencia, los obtenidos del día a día de su propia maternidad.